miércoles, 18 de junio de 2008

Un día perfecto para el pez banana. Salinger/Russo

En el cuento se describen, en los primeros dos párrafos el perfil del personaje, se dan muchos datos de lo que sucede y cómo éste se comporta. En el diálogo telefónico posterior que tiene la muchacha con su madre se pueden ver algunos aspectos de la personalidad de cada uno de los protagonistas, tanto así como del padre que no participa de la conversación.
La narración se realiza en tres escenas: la charla telefónica en el hotel, la playa, el hotel, cada una con distintos ritmos, tiempos y sonidos.
La historia está construida en diálogos, que brindan información de la relación que tienen los personajes y de las características que los mismos poseen.
Es un cuento dinámico, hay acción, puede ser que sea cinematográfico la forma de narrarlo, no hay un monólogo interior, cuando no hay diálogo hay descripción de acción.
La historia uno es la situación de la pareja de vacaciones y el suicidio del personaje, la historia dos es lo que no vemos: por qué él se suicida puede ser la guerra pero finalmente el motivo no está. En la descripción de la imagen final hay una distancia entre los personajes cuando habla de las “camas gemelas”.

Este por qué, que en el cuento de Salinger queda “sin respuesta”, por lo menos sin respuesta directa, parece asomar en la nota de Sandra Russo, donde la metáfora parece descubrirse.
El pozo de bananas es el pozo de poder, los peces que comen y comen hasta morir, son personas, hombres y mujeres ambiciosas de poder, cada vez más:
“Ese pozo lleno de bananas puede representar muchas cosas, y ninguna de ellas es específica, pero a la sazón también indica un pozo lleno de poder. Y denuncia que hay una especie de hombres y mujeres que parecen hombres y mujeres comunes, pero que cuando se aproximan a un pozo lleno de poder no pueden frenar sus instintos, y lo comen, se lo comen, se atragantan, se atoran, se pelean entre sí, se vuelven locos, se nutren del poder, se enferman de poder.”

Y, todavía hoy, resulta actual este cuento escrito hace casi cincuenta años. Todavía hoy, el poder es un pozo en el que se cae y del cual es muy difícil salir con vida. No sólo en Estados Unidos.

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